Perros y gatos: qué hacer y qué no
Vuelve el calor y para nuestras mascotas estas temperaturas tampoco son gratuitas y también es necesario que tomemos recaudos para que no sufran de un golpe de calor.
Algunos consejos básicos:
1
Si sacas a pasear a tu perro o gato, no lo hagas durante el rango del día en donde la temperatura tiene sus picos de calor. Es decir, evitá el rango de 11 de la mañana a 4 de la tarde. Mejor levantarse bien temprano y hacer el segundo paseo bien tarde en el día. Junto con esto hay dos puntos fundamentales: el primero es siempre asegurarte que se pueda hidratar durante el paseo y el segundo es que, si notás que todavía hace mucho calor, puedas mojar el pelaje y así refrescarlo.
2
Cuidale las patas. La superficie que pisan los afecta de manera directa. Es decir, si los sacás a pasear por asfalto caliente esto aumenta su temperatura corporal y pueden terminar teniendo un golpe de calor. Por esto es fundamental que te asegures de no pasearlos por superficies muy calientes y una muy buena práctica es que con una toalla puedas humedecer las almohadillas de sus patas.
3
Asegurate que siempre tengan agua limpia disponible. Con las precauciones por el dengue y el calor extremo, no es raro que a veces sus platos de agua estén vacíos. Por eso es fundamental que los revises dos a tres veces al día, les renueves el agua y así te asegures de que tengan agua limpia disponible a toda hora.
4
No los saques a correr. Sobre todo con los perros, no es raro que muchos dueños salgan a andar en bicicleta con ellos acompañándolos. Es clave evitar este tipo de actividades de exigencia. Mejor salir por una caminata en los horarios recomendados.
5
No los dejes encerrados y asegurate que siempre tengan un lugar de sombra. Ya sea porque saliste a hacer algunos mandados y lo querías llevar con vos o porque su lugar de esparcimiento es la terraza. Las mascotas sufren esa misma sensación de ‘sofocamiento’ que nosotros y por esto es clave que no estén expuestos al sol directo por mucho tiempo y en los peores horarios.
6
No los vistas. Parece obvio pero con el costado más fashionista del universo de las mascotas, no es raro ver a perros y gatos vestidos. Mientras que en la mayoría de los casos es un detalle coqueto, es importante durante el verano evitar este tipo de prácticas. La lógica es la misma que con las personas: mientras más capas de ropa tengamos, más calor sufrimos.
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